En 2015, cuando tenía solo 14 años, Abdoul Sow emprendió un largo viaje caminando que le haría cruzar media África y el mar de Alborán. Dos años después, con mucho sufrimiento acumulado, conseguía llegar a la costa andaluza, y desde allí a Barcelona. Un periplo que su hermano mayor, que le acompañaba, no pudo acabar. Desde entonces no ha dejado de formarse y de luchar por su futuro, con el apoyo de asociaciones como el Casal dels Infants, donde participa en el Casal Jove Atles del Raval y realizando charlas con alumnos en el programa de sensibilización a centros educativos la Escuela Suma. El círculo de este tramo de camino en la vida de Abdoul se ha cerrado con su incorporación como ayudante de camarero en el restaurante Casa Amàlia, que lo ha acogido como su segunda familia.
Oportunidades laborales como las que ha conseguido Abdoul en Casa Amàlia no son habituales. La Ley de Extranjería y la falta de voluntad política de las administraciones públicas hace que la juventud migrante deba hacer frente a requisitos inalcanzables para renovar el permiso de residencia y tramitar el de trabajo. Las empresas que quieren contratar a estos chicos y chicas a menudo no lo acaban haciendo debido a estas trabas administrativas. Lo explicamos en este reportaje y lo hemos denunciado distintas entidades sociales a través de la federació d’Entitats Catalanes d’Acció Social (ECAS), la Federació d’Entitats d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (FEDAIA) y la Federació d’Entitats amb Projectes i Pisos Assistits (FEPA).
1 Comentario
Antoni
Excelente vuestro ejemplo de integración y totalmente de acuerdo con vuestros comentarios. un 10 para vosotros y un 0 a las trabas burocráticas que entorpecen la integración de esas personas. Enhorabuena!